viernes, 21 de enero de 2011

Puertas que se abren


"Puertas que se abren"

Cuando abandonamos la calidez del útero de nuestra madre, nos cortan el cordón umbilical, pero en realidad ese lazo permanecerá en nosotros durante toda nuestra vida, es un lazo mágico, siempre habrá un nexo especial con ese ser que te tuvo dentro colmando "absolutamente" todas tus necesidades. No recuerdo que filósofo dijo que nacer era el mayor trauma que arrastraba el ser humano a lo largo de su vida, son un cúmulo de cosas, porque pasamos a ser completamente dependientes, tenemos que llorar para expresarnos, es nuestro primer modo de comunicarnos, y claro mas adelante, en cuanto empiezas a tener un poco de conciencia te das de bruces contra el mundo.


Así pues, llegamos al mundo, nacemos y lo primero que hacemos es llorar, nacemos llorando en un mundo que en principio nos parece inhóspito, y llegamos a él sin manual de instrucciones, sin brújula que nos oriente. Debemos improvisar a cada momento, no cesamos de aprender, como tampoco cesamos de tropezar en las mismas piedras, resulta a veces demasiado complicado encontrar la senda, no tomar el tren equivocado...es fácil repetir patrones recibidos, errores heredados...Todos los seres humanos tenemos algo en común; la salida y la meta, el sufrimiento y la felicidad, incluso en ocasiones jugamos un poco a ser dioses... hay algo de perverso alivio en la culpa, hay algo de perversa comodidad en la rendición, en escudarse en el dolor del pasado, la crudeza con la que a veces se nos muestra la vida... sin embargo, un día de tantos, te paras a pensar...te relajas y respiras profundamente, aspirando con lentitud cada segundo de oxígeno...¡si!, oxígeno, eso que justamente te faltaba en el instante de nacer, y te das cuenta de que has estado ignorando muchas cosas, cosas como puertas que se abren, puertas que incluso se pueden abrir de par en par y dejar pasar a la luz...

Techari

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